La artista más vendedora de los Estados Unidos en 2008 y lo que va de 2009 llega a la Argentina con su álbum Fearless. A semanas de su desembarco en España, el mercado latino parece ser lo que sigue
¿Qué son esos comentarios acerca del declive de las ventas de discos, que la música se está convirtiendo en un pasatiempo solitario y que ya nadie tiene verdaderos hits? Los que los alimentan se deben estar olvidando de Taylor Swift.
La nueva estrella más espectacular de Estados Unidos en las últimas dos décadas ha unido a millones de fans y admiradores construyendo puentes entre distintos géneros musicales, convirtiéndose en una sensación multiplatino en el proceso. Ahora está lista para construir un nuevo puente: a través de los océanos mientras su nuevo disco Fearless se edita en todo el mundo a través de Universal Music.
Fearless resulta una irresistible carta de presentación para un público en constante crecimiento que sigue a Taylor, incluyendo hits como “Our Song”, , “Teardrops On My Guitar” y “Should’ve Said No” además del éxito mundial “Love Story”. Esa canción impulsó a que llegara al top five del ranking Billboard Hot 100 en apenas dos semanas, con descargas que superaron el estatus de platino (más de un millón de temas vendidos).
Taylor Swift es el talento que irrumpió en los charts americanos en 2006, cuando aún no había cumplido 17 años de edad, y ya se anotaba cinco hits en su currículo, cada uno de los cuales alcanzó el primer puesto de Billboard e hizo que ese disco golpeara en la industria al vender más de tres millones de copias. Un hecho casi inédito para una artista tan jóven que además colaboraba en la autoría de casi todos los temas.
Tiempo atrás, cuando Taylor estaba en la búsqueda del correcto socio discográfico, realizó un showcase con apenas su guitarra, en el Bluebird Café un famoso local de Nashville. De inmediato los teléfonos comenzaron a sonar, pero ella tuvo la precoz determinación de esperar por la propuesta que le diera lo que ella buscaba. “Mientras comenzaba a discutir con los sellos, me di cuenta que tenían la voluntad de dejarme escribir todo el disco. Eso fue bastante frustrante”.
Sus inquietudes musicales y confianza en su propio talento se basan en una familia con antecedentes artísticos. “Mi abuela era una cantante de ópera, famosa en Puerto Rico y Singapur. Ella solía cantar en la iglesia todos los domingos y verla levantarse todos los fines de semana me hizo dar cuenta, subliminalmente, ese tipo de actuación como algo natural. Eso me ayudó mucho”.
Más tarde llegaron los discos. “Me convertí en una obsesiva de la música alrededor de los seis años, cuando compré mi primer disco de LeAnn Rimes y me encantó. Quise hacer algo relacionado con la música cuando cumplí los diez años. Le rogué a mis padres que me dejaran probar suerte en el teatro para chicos, donde si sos alto, te dejan interpretar los papeles de adultos, entonces me daban extensos libretos para memorizar obras de dos horas. Eso me dio una gran técnica para actuar.
“Sin embargo enseguida me di cuenta que mis partes favoritas eran cuando además podía cantar. Entonces comencé a cantar en ferias, pequeños festivales y concursos. Cuando ya tenía 11, le rogué a mis padres que me llevaran de viaje a Nashville. Alquilamos un auto y fuimos hasta el sello Music Row. Una vez dentro, recorrí los pasillos con un cd grabado con mi voz cantando sobre pistas. Al primero que me escuchó le dije, “Hola, soy Taylor, tengo 11 años, quiero un contrato discográfico. Llámenme”
No la llamaron, pero ese viaje abrió los ojos de Taylor al negocio de la música, lo valioso de escribir tus propias canciones y lo más crucial, la importancia de las editoriales. “Me mudé con mi familia a Nashville a los 13 años y comencé a golpear las puertas de las editoriales de música hasta que encontrara una que me contratara. Finalmente me convertí en la persona más joven a la que SONNY le ofreciera un contrato.
“La música tenía que estar en mis días. No hay nada sin la música. Le da a la gente la manera de decir como se sienten. A veces no tenemos idea de cómo nos sentimos hasta que otra persona lo expresa de una manera perfecta y cuando eso sucede, se convierte en nuestra canción favorita. Eso es algo muy especial, y es un honor componer canciones que tal vez puedan convertirse en las canciones favoritas de otras personas.”
Fuente: Universal Music
Vía: www.5track.com/saaai
